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Una dieta equilibrada a base de frutas y verduras

¡Todos a la mesa! Este es el momento en el que nos preparamos para nutrir nuestros sentidos y necesidades fisiológicas. Para cubrirlas y no caer en la tentación de consumir productos que no cumplen con criterios nutricionales saludables es necesario detenernos a leer las etiquetas de los productos alimentarios para comprobar la cantidad de aditivos, conservantes, grasas saturadas y azúcares refinados que contienen.

¿Cómo podemos hacer que nuestra dieta sea sabrosa, atractiva y sana sin recurrir a estos alimentos? Con las frutas y verduras.

 

Clasificación de frutas y verduras

Si clasificamos a este grupo de alimentos por colores, podemos comprobar que cada uno es rico en un determinado grupo de vitaminas y minerales:

  • Verde (espinacas, brócoli, lechuga, kiwi…): predominan la vitamina C, K y ácido fólico.
  • Rojo (tomate, pimiento, granada, fresas…): encontramos carotenos como el licopeno.
  • Naranja (calabaza, zanahorias, melocotón, naranjas…): son ricos en vitamina C y Beta- Carotenos.
  • Violeta (lombarda, berenjena, uva, ciruelas…): predominan los antioxidantes como el resveratrol, los antocianos y la vitamina C.
  • Blanco (ajo, cebolla, nabo, coliflor…): contienen compuesto azufrados como la alicina y minerales como el potasio.

 

Asimismo, todos ellos son ricos en fibra, la cual nos ayuda a saciarnos y a reducir el riesgo de sufrir patologías como la diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, etc. Por todas estas razones, cada día hay que consumir fruta y verdura de agricultores locales que cosechan sus frutos respetando las temporadas de cultivo, potenciando así sus características organolépticas.

 

La importancia de estos alimentos

Tenemos el estigma de que las frutas y las verduras son aburridas, no tienen suficiente sabor y lleva tiempo prepararlas. Sin embargo, este grupo de alimentos da mucho juego en la cocina y en nuestro paladar. Las frutas y las verduras nos aportan un mundo lleno de color, sabor y texturas a nuestros platos. Por ejemplo, podemos tomar unas espinacas crudas en una ensalada, salteadas como guarnición o añadirlas a un batido de frutas.

Todos sabemos que debemos tener una dieta sana, variada y equilibrada. Para ello, intenta que en tus comidas principales aparezcan al menos tres colores diferentes de este grupo de alimentos. De esto modo, además de hacer más atractivos los platos, estamos añadiendo variedad de nutrientes y aumentando así su calidad nutricional.

 

Recuerda:

  • Evita el consumo de productos alimentarios con elevada cantidad de aditivos, conservantes, grasas saturadas y azúcares refinados.
  • Además de hacer más atractivos los platos, las frutas y verduras también aportan variedad de nutrientes.
  • Si calificamos estos alimentos por colores, podemos comprobar como cada uno es rico en un determinado grupo de vitaminas y minerales.
  • Debemos intentar en las comidas principales aparezcan al menos tres colores diferentes de este grupo de alimentos.