¿Cómo afecta el sueño a la salud mental?

El sueño es un elemento muy importante en el mantenimiento de una buena salud mental y física. No se trata solo de dormir la cantidad de horas suficientes, sino de que esas horas sean de calidad.

Actualmente, más de 6 millones de españoles padecen insomnio crónico y de larga duración. Además, entre el 30 y 40 por ciento de las personas con trastorno del sueño acaban desarrollando problemas de salud mental, como depresión e ideas suicidas, así como implicaciones en la calidad de vida y el desarrollo normal de actividades rutinarias.

 

Efecto del sueño en la salud mental

Los problemas para conciliar y mantener el sueño afectan a entre un 20 y un 48 por ciento de la población española, teniendo implicaciones directas en la salud mental y física.

Asimismo, una de cada cinco personas tiene problemas para dormir bien. Esta situación se da por diversas causas, como el estrés, tan presente hoy en día en nuestras vidas, la ansiedad, el priorizar la vida social o laboral a nuestro descanso y consecuentemente restándole horas al sueño, la presencia tan importante de la conexión tecnológica y de las redes sociales en nuestras vidas, lo que provocan una hiperactividad en nuestro cerebro que nos dificulta tener un sueño reparador.

Un correcto descanso es fundamental para que el cerebro funcione correctamente. La falta de sueño disminuye la capacidad de concentración, la memoria y la atención, además de reducir el rendimiento en el trabajo, así como en casi todos los ámbitos. Del mismo modo, propicia el desarrollo de patologías como la ansiedad, enfermedades cardiovasculares o metabólicas. De hecho, la Sociedad Española del Sueño (SES) estima que el insomnio crónico triplica el riesgo de depresión.

Además, la mayor parte de las personas con depresión acaban desarrollando insomnio, de forma que la dificultad para dormir permanece incluso una vez superada la patología.

Hay que tener en cuenta que el insomnio no es igual a la falta de sueño. Aunque ambas tienen un efecto en la salud mental, la primera se caracteriza por la dificultad para iniciar y/o mantener el sueño.

 

Consejos para tener un mejor descanso

La calidad del descanso depende de la continuidad y profundidad del sueño. Hay distintas recomendaciones que se pueden seguir para intentar conseguir descansar bien:

  • Marcar horarios de sueño. La regularidad en la hora de acostarse y levantarse ayuda a sincronizar nuestro reloj biológico. En relación a la cantidad de horas, lo recomendable para un adulto es dormir entre 7 y 9 horas diarias.
  • Respecto a la siesta, es recomendable que no supere los 20 minutos y no sea tardía, ya que nos reparará física y mentalmente y nos ayudará a llevar mejor la tarde.
  • Evitar el consumo de alcohol, tabaco y café las horas previas a irse a dormir. También es aconsejable evitar cualquier otra sustancia estimulante, como la teína, el azúcar o el chocolate.
  • Es fundamental dejar los dispositivos electrónicos al menos dos horas antes de ir a dormir.
  • Respecto a la cena, es recomendable hacerla al menos dos horas antes de dormir y que sea ligera, si bien tampoco conviene irse con hambre a la cama.
  • Realizar ejercicio físico regularmente y de intensidad moderada, evitándolo al menos 3 horas antes de dormir.
  • Además, mantener la habitación ventilada, con una temperatura agradable y usar ropa cómoda para dormir, facilita el buen descanso.
  • Es importante también evitar las fuentes de ruido y luz.

Si, a pesar de aplicar las medidas, se sigue teniendo insomnio o problemas para conciliar el sueño, se deberá consultar con un especialista para aplicar un tratamiento farmacológico.

 

Recuerda:

  • Entre el 30 y el 40 por ciento de las personas con trastorno del sueño acaban desarrollando problemas de salud mental.
  • La falta de sueño disminuye la capacidad de concentración, la memoria y la atención y puede promover el desarrollo de patologías como la depresión.
  • Hay distintas recomendaciones que se pueden seguir para mantener una buena higiene del sueño.