Cómo ayuda la Endocrinología a tratar las alteraciones en el tiroides

Cómo ayuda la Endocrinología a tratar las alteraciones en el tiroides

El tiroides es una glándula endocrina situada en el cuello, en la parte inferior de la nuez de Adán. Su función principal es producir, almacenar y liberar hormonas tiroideas (tiroxina y triyodotironina) en el torrente sanguíneo.

 

Alteraciones más frecuentes

Las alteraciones más comunes relacionadas con el tiroides son las causadas por nuestro sistema inmune y provocan desniveles en la segregación de hormonas tiroideas en la sangre:

  • Hipotiroidismo: déficit en la capacidad de producción de hormonas del tiroides
  • Hipertiroidismo: cuando desencadena en una sobreproducción de hormonas del tiroides.
  • Bocios y nódulos tiroideos: Son otras causas de consulta relacionadas con el tiroides.

 

La importancia de la Endocrinología

La Endocrinología tiene un papel importante para hacer frente a los problemas hormonales relacionados con la glándula del tiroides. Un endocrino es un médico especializado en las enfermedades de las hormonas, del metabolismo y en los problemas nutricionales.

Este especialista conoce en profundidad la relación entre las hormonas y la nutrición, y utiliza la alimentación como un poderoso mecanismo de acción para hacer frente a los desequilibrios hormonales relacionados con enfermedades de la glándula tiroides.

 

¿Qué componentes de la dieta pueden ayudar a los problemas de tiroides?

  • Yodo: Es el mineral más importante a tener en cuenta ante una enfermedad relacionada con la glándula tiroides. La dosis diaria recomendada en adultos es de unos 150microgr/día. Es importante medir adecuadamente la dosis de yodo que consumimos. Ingerir cantidades excesivas de yodo de forma habitual puede provocar tiroiditis crónica autoinmune. Las fuentes dietéticas del yodo son la sal yodada, pescados, mariscos, así como algunos panes y cereales.
  • Selenio: Algunos estudios han sido capaces de demostrar la eficacia del selenio frente a la enfermedad tiroidea autoinmune. Asimismo, las mujeres que presenten niveles bajos de selenio tienen una mayor probabilidad de desarrollar nódulos tiroideos y bocio, que consiste en un aumento de tamaño de la glándula tiroides.
  • Sustancias bociógenas: son compuestos químicos presentes de manera natural en algunos vegetales que tienen la capacidad de bloquear la absorción y utilización del yodo.  Algunos alimentos que podemos consumir en caso de sufrir hipertiroidismo son la coliflor, el brócoli y el kale, ya que disminuyen la producción de la hormona tiroidea.
  • Alimentos con isofavonas: Los productos derivados de la soja, como la leche y la salsa de soja,  el tofu o el miso son alimentos que contienen isofavonas. Las isofavonas son capaces de inhibir la acción de la enzima que se encarga de sintetizar la hormona tiroidea. Por tanto, un consumo excesivo de soja puede aumentar al hipotiroidismo. Además, cuando un paciente se encuentra bajo medicación es importante que evite el consumo de soja, ya que puede reducir la eficacia de los fármacos para tratar hipotiroidismo como la levotiroxina.

No obstante, la cantidad de sustancias bociógenas e isoflavonas que deberíamos ingerir para interferir con el funcionamiento de la función tiroidea es muy elevada y no se suele alcanzar en una dieta normal. Es muy importante el consejo nutricional de un especialista conocedor de la materia.

 

Recuerda:

  • La glándula tiroides se encarga de la producción de las hormonas tiroxina y triyodotironina. El endocrinólogo será el responsable de tratar cualquier desequilibrio hormonal.
  • El hipertiroidismo consiste en la sobreproducción de hormonas tiroides y el hipotiroidismo es causado por una falta de producción de hormonas por parte de la glándula del tiroides.
  • Desde la Endocrinología se ha podido demostrar que el yodo, el selenio, las sustancias bociógenas y los alimentos con isofavonas influyen en la glándula tiroides.