mastitis-inflamacion-infección-síntomas

¿Qué es la mastitis y cómo se puede tratar?

La mastitis es la inflamación de la mama que, en buena parte de los casos, se produce debido a una infección. Se trata de un proceso doloroso y que a menudo se produce durante la lactancia, aunque también puede darse en otros contextos, como la menopausia.

En algunos casos, los síntomas de la mastitis pueden parecerse a los de ciertos tipos de cáncer de mama. Por ello, si el enrojecimiento o los bultos persisten pese al tratamiento, es fundamental consultar al especialista para descartar cualquier otra patología.

Causas, tipos y síntomas de la mastitis

La mastitis suele estar causada por una obstrucción de los conductos galactóforos o por una infección bacteriana, generalmente por Staphylococcus aureus. En mujeres lactantes, la retención de leche es un factor determinante, ya que favorece la proliferación bacteriana además de la aparición de grietas en los primeros días mientras se establece una lactancia correcta.

También puede desarrollarse por cambios hormonales, traumatismos en el pecho o malos hábitos, como el tabaquismo. Existen diversos tipos de mastitis, según la causa y las características del cuadro clínico:

  • Puerperal: es común en mujeres en periodo de lactancia. Aparece normalmente en las primeras semanas tras el parto. Suele ser unilateral y se manifiesta con dolor, hinchazón, enrojecimiento y fiebre.
  • Infecciosa: puede evolucionar hacia un absceso mamario si no se trata
  • Granulomatosa: se trata de una inflamación crónica de origen desconocido. Se diagnostica mediante biopsia.
  • Periductal: es aquella que se presenta fuera del periodo de lactancia, especialmente, en mujeres fumadoras o con escasa higiene.
  • Subaguda o subclínica: cursa con dolor mamario y endurecimiento, pero sin síntomas visibles como enrojecimiento. Puede requerir pruebas de laboratorio para su diagnóstico.
  • Recurrente: aparece en varios episodios durante la lactancia de un mismo hijo, frecuentemente asociada a tratamientos incompletos o mala técnica de amamantamiento.

 

Los síntomas más comunes incluyen fiebre alta, escalofríos, dolor intenso y localizado, enrojecimiento de la piel, bultos subcutáneos y lesiones en el pezón. En casos severos, puede formarse un absceso que necesite drenaje quirúrgico.

Tratamiento y prevención de la mastitis

El tratamiento de la mastitis depende del tipo y la gravedad del cuadro. En las formas infecciosas, el uso de antibióticos durante 7 y 10 días es imprescindible y, en ciertos casos, se podrá asociar algún probiótico para el tratamiento antibiótico.

Para aliviar los síntomas, se pueden utilizar analgésicos y antiinflamatorios, además de aplicar compresas calientes sobre la zona. En los casos leves o subagudos, se recomiendan medidas como:

  • Mantener el    vaciamiento   regular   del   pecho   (amamantando o extrayendo leche).
  • Realizar masajes suaves en la zona afectada.
  • Usar ropa cómoda que no presione los senos.
  • Evitar el tabaquismo, especialmente en mujeres con antecedentes de mastitis periductal.

 

Es importante destacar que, salvo indicación médica específica, no es necesario suspender la lactancia. De hecho, continuar amamantando puede facilitar la resolución del problema al favorecer el drenaje del pecho. Además, una buena técnica de lactancia, mantener el pezón seco y limpio, y prestar atención a cualquier signo temprano de inflamación o molestia son claves para prevenir la mastitis.

Recuerda:

  • La mastitis es una inflamación de la mama común durante la lactancia y que puede causar dolor, enrojecimiento y
  • Sus causas principales son la obstrucción de los conductos galactóforos y las infecciones bacterianas.
  • El tratamiento incluye antibióticos, analgésicos y cuidados locales, y no suele ser necesario suspender la lactancia.