
Consejos para paliar una bajada de azúcar en verano
El calor del verano tiene varios efectos sobre nuestro cuerpo que pueden favorecer una bajada de azúcar. Y es que nuestro organismo tiende a responder al calor con la vasodilatación (dilatación de los vasos sanguíneos). Este fenómeno provoca que la insulina, la hormona que regula la glucosa en la sangre, sea más eficaz y, por tanto, se absorba más rápidamente. Como resultado, la glucosa en sangre disminuye más rápidamente de lo habitual, lo que puede llevar a niveles de azúcar más bajos.
Por otro lado, el calor también aumenta el riesgo de deshidratación, lo que dificulta el transporte de la glucosa a través de la sangre. Esta falta de líquidos afecta la eficiencia de los mecanismos que regulan el azúcar. En consecuencia, es habitual que el verano sea la época más común para sufrir estas bajadas de azúcar.
Estoy sufriendo una bajada de azúcar. ¿Qué hago?
Cuando se experimenta una bajada de azúcar, es fundamental tomar medidas rápidas para evitar que la situación empeore. Son las 2 siguientes:
- Consume alguna bebida o alimento que sea de fácil absorción (ricos en hidratos de carbono simples): los primeros síntomas de hipoglucemia son los mareos y la sudoración excesiva. Si esto ocurre, es importante ingerir rápidamente algo que reponga tus niveles de glucosa. Puedes optar por un zumo de frutas natural, una cucharada de miel o mermelada, un caramelo o un refresco azucarado. Estos alimentos contienen azúcares simples que se absorben rápidamente y ayudan a elevar los niveles de glucosa.
- Hidrátate: la deshidratación empeora los episodios de bajada de azúcar. Es esencial beber agua de manera constante durante todo el día, especialmente en momentos de calor extremo. Las bebidas isotónicas pueden ayudar a mantener el equilibrio de electrolitos y mejorar la absorción de la glucosa.
Por otro lado, mantenerse fresco es fundamental para evitar que el calor agrave los niveles de glucosa. Si es posible, trata de evitar la exposición directa al sol, especialmente, durante las horas más cálidas del día; y utiliza ropa ligera que permita una mayor transpiración, lo que favorecerá una menor sudoración.
¿Se pueden prevenir las bajadas de azúcar en verano?
La buena noticia es que prevenir estas bajadas de azúcar asociadas al calor es posible. Y, de hecho, es esencial hacerlo durante los días más calurosos y olas de calor. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- No saltarse las comidas: durante el verano, muchas personas tienden a saltarse comidas debido al calor o la falta de apetito. Sin embargo, esto puede causar fluctuaciones en los niveles de glucosa. Por tanto, es aconsejable mantener la rutina en la medida de lo posible.
- Evitar dietas demasiado restrictivas: las dietas bajas en carbohidratos o calorías pueden generar un riesgo adicional de hipoglucemia. Asegúrate de incluir en tu dieta carbohidratos complejos, como los que se encuentran en los cereales integrales, frutas, semillas, legumbres…
- Evitar el alcohol: el consumo de alcohol puede alterar el funcionamiento de la insulina, aumentando el riesgo de bajadas de azúcar. Además, el alcohol contribuye a la deshidratación. Por tanto, es recomendable moderar o restringir el consumo de bebidas alcohólicas en los días de calor.
Por último, si planeas hacer ejercicio, evita las horas de más calor. También, es importante no hacerlo en ayunas. Asegúrate de tener algo de azúcar en tu cuerpo antes de empezar, como una pieza de fruta. Esto te ayudará a mantener tus niveles de glucosa estables durante la actividad física. Además, sí sueles sufrir bajadas de azúcar, trata de llevar siempre contigo un pequeño kit de emergencia (alimentos con glucosa, agua, etc.).
Recuerda:
- El calor provoca vasodilatación, lo que aumenta la efectividad de la insulina y puede reducir los niveles de glucosa en sangre, favoreciendo las bajadas de azúcar.
- La deshidratación empeora los episodios de hipoglucemia, por lo que es esencial mantenerse bien hidratado siempre, y especialmente durante el verano.
- Prevenir las bajadas de azúcar en verano implica no saltarse las comidas, evitar dietas restrictivas y moderar el consumo de alcohol.
