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Anemia en la mujer: principales causas y síntomas

Cuatro de cada diez  mujeres pueden sufrir anemia durante la edad fértil. Este trastorno se produce cuando los niveles de glóbulos rojos en sangre son inferiores a los necesarios. Debilidad, mareos, palpitaciones o dificultad para respirar son algunos de los principales síntomas. Las mujeres y los menores de 5 años son especialmente vulnerables al desarrollo de anemia.

¿Qué es la anemia y cuáles son sus síntomas?

La hemoglobina es necesaria para transportar oxígeno y, cuando no hay suficiente, disminuye la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a los tejidos del organismo. Es entonces cuando aparece la anemia, una afección en la que el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina en ellos es menor de lo normal. La concentración óptima de hemoglobina necesaria para satisfacer las necesidades fisiológicas varía según diversos factores como:

  • La edad.
  • El sexo.
  • La elevación sobre el nivel del mar.
  • Ciertos hábitos, como el tabaquismo.
  • El embarazo.

En caso de tener anemia, las personas suelen experimentar síntomas tales como:

  • Fatiga o cansancio.
  • Debilidad
  • Mareos
  • Alteraciones en el color de la piel como palidez o ictericia.
  • Dificultad para respirar.

 

Las causas más comunes de anemia son las carencias nutricionales, particularmente de hierro. También pueden influir las enfermedades infecciosas, como el paludismo, la tuberculosis, el VIH-sida y las parasitosis. Pero, ¿por qué afecta la anemia a la mujer en particular? La anemia es un grave problema de salud pública en el mundo que sufren especialmente los niños pequeños y la mujer. La OMS calcula que, en todo el mundo, presentan anemia un 42% de los niños menores de 5 años y un 40% de las embarazadas.

Mujer y anemia: una correlación

El tipo de anemia más común en todo el mundo es la anemia por deficiencia de hierro. Las mujeres son especialmente propensas a desarrollar este tipo de anemia por varias razones.

Primero, las mujeres de 12 a 49 años pierden sangre aproximadamente una vez al mes durante la menstruación. El hierro es necesario para producir sangre nueva que reemplace a la sangre perdida después de cada período menstrual. El riesgo de anemia es mayor entre las mujeres con menstruaciones que son especialmente largas o que incluyen sangrado muy abundante. Algunas mujeres también pierden hierro a causa de los fibromas uterinos (crecimientos no cancerosos en el útero), o incluso por el sangrado causado por el uso de ciertos dispositivos intrauterinos (DIU) para el control de la natalidad.

En segundo lugar, las mujeres necesitan hierro adicional durante el embarazo para el correcto desarrollo de sus bebés. De hecho, las mujeres embarazadas necesitan un 50%  más de hierro de lo habitual (27 mg al día en lugar de los 18 mg al día habituales). Las mujeres también pierden sangre durante el parto. Es importante que las mujeres que estén embarazadas o que planean quedarse embarazadas controlen sus niveles de hierro y que informen a sus médicos sobre cualquier síntoma de anemia. Las vitaminas prenatales contienen hierro y pueden ayudar a prevenir los niveles bajos de hierro y la anemia relacionada con el embarazo.

Mujer y anemia: tratamiento

La anemia por carencia de hierro es la más común y la más fácil de tratar mediante cambios en la alimentación o a través de suplementos de hierro. Sin embargo, otras formas de anemia requieren un tratamiento más complejo. En este último caso, los pasos a seguir deben ser diagnosticados y monitorizados por un especialista médico.

Resulta, por tanto, imprescindible un adecuado abordaje de la anemia, ya que si este déficit se mantiene a lo largo del tiempo, puede ocasionar problemas más graves.

Recuerda que:

  • La mujer suele ser más propensa a la anemia por la pérdida de hierro en el sangrado menstrual o durante el embarazo
  • Cuatro de cada diez mujeres embarazadas sufren este trastorno
  • La carencia de hierro es la anemia más controlable