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Alimentación en pacientes con enfermedad gastrointestinal y sobrepeso

Existe cierta bidireccionalidad entre el sobrepeso y las enfermedades gastrointestinales. La coexistencia de estas condiciones exige un enfoque nutricional especializado que no solo busque atender a las particularidades de la patología sino también el control del peso. De ahí la necesidad de que los pacientes con sobrepeso y enfermedad gastrointestinal sigan una alimentación adecuada.

En el entorno hospitalario, la dieta que siguen estos pacientes cobra todavía más importancia. La cooperación entre médicos y dietistas-nutricionistas es clave para establecer un plan de alimentación con esa doble finalidad: promover la salud gastrointestinal y perder peso.

Sobrepeso y enfermedad gastrointestinal: una combinación habitual

El sobrepeso puede influir o agravar diversas enfermedades gastrointestinales, complicando su evolución y tratamiento, entre otras podemos encontrar:

  • Enfermedad inflamatoria intestinal: afecciones como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa pueden ver su manejo complicado por el exceso de peso.
  • Síndrome del intestino irritable: el sobrepeso puede exacerbar síntomas como el dolor abdominal y la alteración del tránsito intestinal.
  • Enfermedad por reflujo gastroesofágico: el sobrepeso aumenta el riesgo de reflujo, algo que además suele ser incómodo para los pacientes.
  • Pancreatitis: el peso elevado es un conocido factor de riesgo para la pancreatitis aguda y crónica.
  • Hepatopatía crónica: el sobrepeso puede acelerar la progresión de enfermedades hepáticas.

Por lo que el correcto manejo de la dieta de los pacientes que padezcan algún tipo de enfermedad gastrointestinal cobra una gran importancia, de modo que se favorezca su salud general.

Abordaje dietético con sobrepeso y enfermedad gastrointestinal

Las estrategias dietéticas para pacientes con sobrepeso y enfermedades gastrointestinales siempre deben ser personalizadas y pautadas por un dietista-nutricionista. Dependiendo de la patología, su estadio y la situación del paciente, se darán las nociones pertinentes.

En líneas generales la pautas a seguir deben ser:

  • Dieta lo más rica y variada posible, dentro de las particularidades de cada patología. Debemos incluir todos los grupos de alimentos para asegurar el estado nutricional del paciente y que no incurramos en déficits nutricionales.
  • Reducción de grasas saturadas y azúcares simples: son dos acciones clave, principalmente por lo nocivas que pueden llegar a ser para estas patologías y paralelamente porque nos ayudan a controlar el peso.
  • Hidratación adecuada: aunque se trata de una recomendación universal, en estos pacientes se acentúa aún más.
  • Comidas pequeñas y frecuentes: esta estrategia suele ser muy útil para mejorar los síntomas gastrointestinales y ayudar en el control del apetito.

La dieta pautada debe ser adaptada a cada necesidad, buscando minimizar los síntomas de la patología y ayudando a mejorar el estado general del paciente. Algunas de estas enfermedades, en sus fases más agudas, pueden derivar en problemas de malabsorción de nutrientes. Por eso es importante valorar al paciente en cada momento e ir adaptando el tratamiento dietético a cada estadio. De este modo, se podrá favorecer su recuperación al tiempo que se ayuda a lograr un peso saludable.

Recuerda:

  • La relación entre el sobrepeso y las enfermedades gastrointestinales exige un enfoque nutricional especializado.
  • La alta ingesta de fibra y la reducción de grasas saturadas son algunas de las claves para el manejo de ambas condiciones.
  • La cooperación entre médicos y nutricionistas es esencial para establecer un plan de alimentación que promueva la salud gastrointestinal y la pérdida de peso.