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Así se preparan los hospitales ante situaciones imprevistas

Hace no tanto, habríamos considerado casi distópicas vivir algunas situaciones como: una pandemia global, una DANA e incluso un apagón que deje a todo un país sin luz. Cada una de estas situaciones pone a prueba no solo a la ciudadanía, sino también la preparación de los hospitales ante esta clase de situaciones imprevistas.

Pocas veces se visibiliza la forma en que los centros hospitalarios están preparados para responder ante este tipo de catástrofes. No se trata de suerte ni de improvisación, sino de planes de contingencia, simulacros, protocolos internos y redes de apoyo logístico. Te contamos cómo es esa preparación según el tipo de amenaza y qué mecanismos se activan para garantizar la continuidad asistencial incluso en los peores escenarios.

¿Cómo se preparan los hospitales ante diferentes escenarios?

La respuesta de un hospital ante una situación imprevista no es única ni automática: depende del tipo de emergencia y de cómo afecta a la infraestructura, al personal, a los pacientes y al entorno. Estos los principales tipos de situaciones críticas a las que se pueden hacer frente y sus posibles reacciones:

  • Fenómenos meteorológicos extremos: como inundaciones, DANAs, nevadas o tormentas. Los hospitales refuerzan sus accesos y cubiertas, activan sistemas de bombeo automático, garantizan el suministro eléctrico mediante generadores y coordinan el transporte de pacientes y personal con los servicios de emergencia.
  • Catástrofes naturales geológicas: por ejemplo, terremotos o erupciones volcánicas, como la que sucedió en La Palma en el año 2021. La respuesta hospitalaria incluye reforzar el triaje, ampliar espacios para atención de heridos y trasladar a los pacientes a zonas seguras dentro del hospital.
  • Crisis sanitarias y biológicas: como pandemias o brotes infecciosos. En estos casos, los hospitales habilitan unidades de aislamiento, amplían las UCIs, se reorganizan turnos del personal, se gestiona el uso de los equipos de protección y se priorizan los recursos.
  • Incidentes tecnológicos o humanos: por ejemplo, apagones eléctricos, ciberataques o fallos en las telecomunicaciones. En estos casos, se activan los generadores de emergencia y los sistemas informáticos alternativos para seguir funcionando sin red o con conectividad limitada. No obstante, el abastecimiento de combustible para los generadores es clave. Si este se agota, incluso los sistemas de respaldo pueden fallar.
  • Situaciones de conflicto o violencia: como atentados o accidentes masivos. Los hospitales pueden ampliar las áreas de urgencias, reforzar sus equipos médicos y de enfermería disponibles y coordinar la entrada de pacientes con cuerpos de seguridad para garantizar la atención en condiciones de seguridad.

 

Por tanto, la preparación hospitalaria ante catástrofes no responde a un único protocolo, sino a una red de acciones adaptadas a cada contexto. La clave está en mantener la asistencia médica activa, proteger a los pacientes más vulnerables y asegurar que ningún hospital quede inoperativo cuando más se le necesita.

El abastecimiento, la clave de la preparación de los hospitales

La preparación de los hospitales no se limita a su respuesta externa. Parte de su capacidad de resistencia está en su sistema logístico interno, que garantiza que la asistencia no se detenga aunque el entorno colapse:

  • Suministro eléctrico: estos edificios disponen de generadores de emergencia con activación automática que permiten mantener en funcionamiento quirófanos, UCIs y otros sistemas, como los que se necesitan para conservar ciertos medicamentos, durante horas o días.
  • Abastecimiento de agua y oxígeno: los hospitales también tienen depósitos propios y acuerdos prioritarios con empresas proveedoras para reponerlos en caso necesario.
  • Stock farmacéutico de reserva: los servicios de Farmacia Hospitalaria se proveen de medicamentos esenciales para cubrir varios días de asistencia sin recibir suministros externos.
  • Alimentos y material sanitario: aprovisionamiento por lotes y contratos de emergencia con proveedores alternativos.
  • Sistemas digitales con respaldo: existe la posibilidad de acceso a historiales clínicos mediante servidores internos o sistemas locales que permiten trabajar incluso sin internet.
  • Mecanismos de redistribución de recursos: esto es, la derivación de pacientes o la transferencia de equipamiento entre hospitales de una misma red o área sanitaria.

 

Una situación imprevista no se escoge, pero sí se puede elegir cómo estar preparados para ella. La preparación de los hospitales españoles ha demostrado una gran capacidad de adaptación ante situaciones críticas.

Recuerda:

  • Los hospitales españoles están preparados para seguir operando durante catástrofes como apagones, DANAs o pandemias.
  • Su funcionamiento depende de recursos clave que deben estar garantizados incluso sin acceso externo.
  • La preparación hospitalaria no sigue un único protocolo, sino que adapta sus respuestas según el tipo de emergencia.